Alberto Jiménez Merino
El campo para ser atendido por el regidor de industria, comercio, agricultura y ganadería, comprende en el área de agricultura, la producción de granos, cereales, forrajes, hortalizas, frutales, flores, plantas aromáticas y medicinales; y en el área de ganadería, la ganadería diversificada, apicultura, avicultura, ganadería de espectáculo, pesca, acuacultura, aprovechamiento de minerales, leña, carbón, tierra de monte y productos forestales no maderables.
Es importante mencionar que la realidad productiva del campo mexicano exhibe una cultura altamente extractiva en el aprovechamiento de los recursos naturales demostrado por el deterioro del suelo, la vegetación y la pérdida del agua y la pesca ribereña, además de que se caracteriza por el tamaño reducido de parcelas y unidades productivas.
México cuenta con 5 millones de unidades productivas, pero más de la mitad son menores de 5 hectáreas; de igual forma, predominan las unidades ganaderas, con menos de 20 vacas.
Lo anterior implica mucho trabajo y esfuerzo individual, muy poco trabajo colectivo u organizado, alta dependencia de las lluvias para la producción, enfrentar sequías crecientes como las de los últimos 23 años, baja disponibilidad de agua para riego y poca tecnificación, bajos rendimientos de cultivos y ganado, así como bajos volúmenes de producción para acceder a mejores mercados.
Una tendencia muy arraigada en los gobernantes, es la tentación de atender al mayor número de personas a través de apoyos que, en muchos casos, no son lo que necesitan. Por ello, como lo he mencionado anteriormente, se debe desarrollar un diagnóstico para conocer la realidad desde lo local, así como los problemas y necesidades propias de las comunidades. Pero si estas se desconocen, no se puede gestionar nada y la gente termina aceptando lo que le dan, aunque no sea de utilidad.
No se trata de experimentar, se trata de aplicar las respuestas más apropiadas a las condiciones específicas y diversas. Por ejemplo, Tehuitzingo, uno de los 2 mil 477 municipios de México, cuenta con 28 comunidades; 7 están a la orilla de un río, otras 7 están en zona montañosa con recursos minerales, y, 14 se localizan en la parte plana y son dependientes de una presa para riego, así como de diversos pozos artesanales y amplias zonas de temporal.
En esta zona, en lugar de los apoyos individuales de poco impacto, se recomienda acercar servicios técnicos de impacto público, aquello que las personas no pueden adquirir por sí solos; promover el trabajo colectivo y el desarrollo de modelos
productivos replicables a partir de experiencias exitosas probadas a las que, solo habrá que reforzar con apoyos y/o financiamiento en sus componentes más débiles para integrar cadenas productivas regionales. La creación de empresas es también recomendable, ya que es una extraordinaria opción para generar riqueza, y, en este caso, la definición del proyecto es prioritario para después poder definir la figura asociativa más conveniente.
Cabe señalar que debido a la baja escolaridad de los campesinos, para la capacitación técnica no hay mejores acciones que aquellas en las que se demuestra lo que se quiere transmitir. Una visita a productores exitosos de la propia comunidad o de otras comunidades, municipios, estados o países puede ser más efectiva que cientos de cursos teóricos en salones.
En Puebla, una sola visita de productores mezcaleros de este estado a Oaxaca, significó la adopción de seis cambios en la producción: molino de piñas, botella, etiqueta, plantación de agave, desarrollo de viveros y precio de venta, esta última al pasar de 35 pesos por litro a más de 100, en el año 2000.
Entre las acciones de más impacto inmediato para el desarrollo del campo que recomiendo están: la desparasitación y aseguramiento de alimentos para el ganado; eliminación de animales improductivos; instalación de sombra para el ganado y acondicionamiento de corrales; poda, rehabilitación e injerto de frutales; obras de captación de agua de lluvia; fertilización de cultivos y control de plagas y enfermedades; dotación de crías de peces y alimento; apoyo a la alimentación de abejas durante la época seca o su traslado temporal a zonas más favorables.
También se sugiere la tecnificación del riego agrícola, mecanización de procesos agropecuarios, desarrollo de infraestructura para acopio de productos y adopción de primeros procesos agroindustriales para acceder a mercados, y realización de exposiciones agropecuarias para promover el acercamiento de productores con compradores para una mejor comercialización.
Las ferias patronales son una gran vía comercial que aun no la reconocen los productores agropecuarios locales, y esto lo menciono porque explorar otros mercados es fundamental para el desarrollo, así también lo es aprovechar ventajas como carreteras, trenes, aeropuertos y puertos marítimos.
La vinculación del campo con las escuelas, universidades o centros de investigación de la región es un apoyo extraordinario por la capacidad creativa de la comunidad académica, la posibilidad de formar líderes tecnológicos, las bibliotecas y los laboratorios que pueden prestar servicios para la comunidad productiva. Es muy recomendable ser muy claros en lo que se requiere de las instituciones y no esperar a que estas implementen algo que desconocen de los productores.
Con lo anterior, les deseo mucho éxito a todos los regidores de México.