Leticia Montagner.
A fines de agosto de 2024, un nuevo estudio del investigador italiano Giuilio Fanti, quien analizó la sangre en la Sábana Santa o Sudario de Turín, sostuvo que las manchas de la famosa Síndone son consistentes con la tortura y crucifixión de Jesucristo, tal como se describe en los Evangelios.
Fanti, Profesor de mediciones mecánicas y térmicas en la Universidad de Padua, afirmó que un análisis macroscópico y microscópico de las manchas de sangre reflejó con precisión “las condiciones físicas relacionadas con Jesucristo que son consistentes con la descripción de Jesucristo en la Santa Biblia y en particular en los cuatro Evangelios canónicos”.
De acuerdo a la Catholic News Agency (CNA), el experto ha escrito 50 estudios sobre la Sábana Santa de Turín y publicado libros sobre el tema. El Sudario, una tela de entierro que muchos creen se utilizó para envolver el cuerpo de Cristo después de ser crucificado, ha sido objeto de un importante debate académico en las últimas décadas, con algunos defendiendo su autenticidad y otros asegurando que es una falsificación medieval.
La Sábana está impresa con el cuerpo y la cara de un hombre con una corona de espinas y está cubierto de manchas de sangre. Se conserva en la Capilla de la Sábana Santa en Turín, Italia, donde muchos católicos la veneran como una reliquia sagrada de la crucifixión de Cristo. El Vaticano no tiene una posición oficial sobre su autenticidad.
Las manchas parecen mostrar marcas de flagelación consistentes con las de la columna y que la cantidad de sangre coincide con la cantidad de este fluido que habría resultado de las heridas descritas en los Evangelios.
Además, las nanopartículas encontradas en la sangre, reconocidas como creatinina, son consistentes con la tortura muy severa sufrida por Jesús. El alto nivel de urea hipotetizado en algunas de las muestras implica mal función o bloqueo renal, lo cual es una condición compatible con una intensa flagelación en el área de los riñones, causando anemia microcítica.
Esta anemia microcítica, también aumentada por el ayuno prolongado, indicaría las extremas dificultades que Jesús tuvo para intercambiar oxígeno, lo que muy probablemente resultó en una respiración extremadamente trabajosa, describió el estudio.
“Jesús tuvo que aumentar su respiración considerablemente y en consecuencia, aumentar la frecuencia de sus latidos, lo que provocó un infarto como causa principal de su muerte.
Por su parte, el Sacerdote jesuita Robert Spitzer, Presidente del Magis Center of Reason and Faith, comentó a CNA que todas estas indicaciones del estudio de Fanti coinciden con la crucifixión de Jesucristo.
El sacerdote, un fuerte defensor de la autenticidad de la Sábana Santa de Turín, afirmó que un falsificador medieval no podría haber anticipado estudios científicos del siglo XXI sobre la tela, no habría utilizado el suero hemático de una víctima que experimentó un severo politraumatismo.
Spitzer hizo referencia a otros estudios recientes para defender la autenticidad de la Sábana Santa de Turín, particularmente el análisis de dispersión de rayos X de ángulo amplio de 2022, publicado por investigadores italianos del Consejo Nacional de Investigación en Bari. El equipo de investigadores fue dirigido por Liberato De Caro.
A pesar del debate público sobre su autenticidad, la Sábana Santa sigue atrayendo a peregrinos de todo el mundo y sigue siendo objeto de interés público.
El Sudario fue honrado en el Congreso Eucarístico Nacional el mes pasado en el Centro de Convenciones de Indiana en Indianápolis, Estados Unidos, con una réplica de 4.2 metros y una exhibición educativa de alta tecnología.
El Sudario también volvió a captar la atención pública la semana pasada cuando el New York Post publicó una imagen creada con inteligencia artificial destinada a recrear el rostro de Jesucristo basado en la impresión en el Sudario de Turín.
En 2022, el Museo de la Biblia en Washington, DC, albergó una exhibición sobre la Sábana Santa de Turín durante cinco meses.
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