El abandono de la educación hoy es reflejo de los pésimos de resultados de la prueba PISA.
Paola Migoya.
La educación no debe ser bandera política de nadie, pero sin duda alguna al desestimar el Presidente los resultados de la prueba PISA, se está poniendo en riesgo el futuro del país y condenando a por lo menos una generación a la pobreza y marginación, pues sin duda alguna el igualador social por excelencia es la educación.
El abandono de la educación que inició con la cancelación de la reforma educativa, aunado a una serie de ocurrencias, hoy son reflejados en los pésimos resultados de la prueba PISA. Nos pone en un escenario desesperanzador para nuestro país.
Entendamos primero en qué consiste la prueba y usar adjetivos para calificarla como neoliberal, es por demás inapropiado, inexacto y carente de todo sentido, pero más aun es no entender su naturaleza y alcances de los objetivos que persigue.
PISA es el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE. Es una herramienta vital para medir la calidad y equidad de los sistemas educativos en todo el mundo. Este examen, aplicado cada tres años a estudiantes de 15 años, evalúa competencias en lectura, matemáticas y ciencias.
En el caso de México, los resultados de PISA ofrecen una visión crítica de su sistema educativo, subrayando la urgencia de implementar políticas públicas efectivas para abordar el rezago educativo y promover el desarrollo sostenible. Si en verdad para el gobierno hubieran sido primero los pobres, se habría destinado mayor presupuesto, así como un plan basado en consolidar la reforma educativa y no cancelarla. La reforma promovida por el gobierno anterior, fue producto del consenso de diversas organizaciones sociales expertas en educación, alcanzando bastantes avances; uno de los aspectos más importantes fue, que entre el 1 de diciembre del 2015 y el 30 de noviembre del 2018, el erario se ahorró 60 mil billones de pesos. Debido a que en el censo de maestros, alumnos y escuelas de educación básica y especial se encontró que más de 60 mil difuntos y jubilados cobraban cada quincena como si estuvieran laborando; cerca de 40 mil aviadores que nadie sabía dónde estaban y comisionados sindicales que siempre dijo que no llegaban a 10 mil, resultó que eran 40 mil que cobraban de la nómina educativa.
Con la reforma educativa, que contó con un amplio respaldo social, académico y legislativo, México pasó de un modelo centrado en la alfabetización y la ampliación de la cobertura a uno centrado en la calidad de la educación competitivo e innovador que preparara a nuestra niñez para los retos del futuro, a partir de tres pilares: 1) la adopción de un Nuevo Modelo Educativo; 2) nuevos mecanismos para la formación, capacitación y evaluación docente, y 3) mejor infraestructura en las escuelas.
¿Por qué era necesaria la reforma educativa?
El presidente Álvaro Obregón creó la Secretaría de Educación Pública, nombrando a José Vasconcelos como primer secretario de educación. Entonces, se propuso un proyecto que parecía utópico: construir y sostener un sistema de educación pública gratuito, que llevara a escuelas y maestros hasta el último rincón del país. A lo largo del siglo pasado, el sistema educativo se consolidó con estructura rígidas, verticales y centralizadas que en un principio fueron útiles para aumentar la oferta educativa politizado en manos de un sindicato poderoso que sirvió al poder, pero no contribuyó a la mejora educativa del país. El Estado mexicano fue perdiendo la rectoría del sistema educativo, que se caracterizaba por su opacidad y el uso discrecional de los recursos públicos.
La reforma era urgente e impostergable a la luz del rezago cada vez mayor del antiguo modelo educativo. Muestra de esta debilidad son los resultados de la prueba PISA 2012, en los que 55% de los alumnos mexicanos no alcanzaba el nivel de competencias básico en matemáticas y 41% carecía de las competencias en lectura.
Producto de la cumbre ciudadana celebrada en 2012, se instaló un diálogo abierto con las OSC más importantes del país, así como un panel de expertos en materia de educación, para elaborar una propuesta que se establecería como compromiso dentro del Pacto por México.
Se promovió una reforma constitucional para establecer como mandato que la educación en México, además de ser laica, gratuita y obligatoria, también sea de calidad.
Se estableció que la educación de calidad debe conjugarse con la equidad, esto significa que todos los estudiantes, sin importar su origen, género, condición socioeconómica o discapacidad alguna, deben adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para integrarse y participar activamente en la sociedad.
Se reformó la Ley General de Educación y se expidieron la Ley General del Servicio Profesional Docente y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
Se creó El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) se convirtió en un organismo constitucional autónomo, responsable de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional.
¿Cuáles fueron los resultados y beneficios de la reforma educativa?
Por su complejidad e implicaciones sociales, una reforma educativa se puede medir a partir de treinta años de aplicación, aunque se empezaron a notar algunas mejoras significativas en el mediano plazo.
Se estableció un Nuevo Modelo Educativo para que las niñas, niños y jóvenes aprendan a aprender, es decir, desarrollaran habilidades y destrezas que les permitirían asimilar y aprovechar los cambios y nuevos conocimientos que surjan a lo largo de toda su vida.
Se actualizaron los contenidos y métodos de enseñanza, partiendo de un gran ejercicio de consulta a expertos en pedagogía, educación y enseñanza. Los principales cambios, destacaban la concentración en los Aprendizajes Clave, aquellos que permiten seguir aprendiendo a lo largo de la vida y que contribuyen al desarrollo integral de los estudiantes, habilidades socioemocionales. Se establecieron nuevas estrategias como: Cultura en tu Escuela, para que todas las niñas, niños y jóvenes aprecien y experimenten el arte y la cultura. Pieza clave para generar una cultura de paz, una cultura de la legalidad, y compromiso con la sociedad.
Todo esto de un plumazo quedó destruido en un segundo, dejando a esta generación en la ignominia, por ello los pésimos resultados reflejados en la prueba PISA, no son más que el producto de la ocurrencia la improvisación.
Aunado a que, en México, está entre los países de la OCDE con menor gasto por cada estudiante con un gasto menor a 5,000 dólares anuales por cada estudiante, revela el Informe Panorama de la Educación 2023.
México dejó de invertir por cada estudiante de primaria 3,911 pesos anuales en comparación con lo que el gobierno federal gastó en 2019. Para los alumnos de secundaria, el gasto diario se estimó en 207 pesos, es decir, 822 pesos menor que el promedio de los países de la OCDE. La inversión en preparatoria fue de 284 pesos al día, 1,061 pesos más baja en comparación con las otras naciones.
Repito, presupuestar es gobernar.
SI aunado a politizar la educación como botín del adoctrinamiento necesario para instaurar una dictadura, se le suma una mala calidad educativa, más no se le invierte lo suficiente, estamos ante un crimen de lesa humanidad, por estar condenando a estas generaciones a la ignorancia, a la falta de preparación, que solo trae consigo, menores oportunidades para salir de la pobreza, condenados a una vida de miseria. Por ello no sorprenden los malos resultados en la prueba PISA. Esta antigua aspiración se ha visto sistemáticamente incumplida por este gobierno que lejos de privilegiar a los pobres, dotándoles de mayores herramientas para salir de la pobreza, parece condenarlos a una vida de miseria, precariedad y esclavitud.
La educación debe dejar de ser un botín político para el gobierno en turno, y pensar en el modelo que garantice una educación de calidad.