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La antesala de la victoria.

Paola Migoya 

 

La victoria es el factor del espíritu indomable de la suma de todos los factores, muchas veces invisibles ante la obviedad de lo minúsculo, pilar de la grandeza.

En Puebla se viven tiempos de reconciliación y esperanza.

Una vez dejado atrás la contienda interna de morena, el hoy coordinador de la defensa de la 4T. Alejandro Armenta ha emprendido una operación cicatriz para consolidar su proyecto hacia la Gubernatura de Puebla.

En días pasados el Gobernador del Estado Sergio Salomón, que por cierto está haciendo una extraordinaria gestión al frente del Gobierno del Estado de Puebla.

Reunió a todos los contendientes en el proceso de morena, esto habla bien del liderazgo del Gobernador, pero más aún del coordinador, para establecer con humildad la sumatoria de todos los actores para alimentar un ánimo de unidad y camaradería, que facilite el camino hacia casa Aguayo en 2024.

El futuro de Puebla se deberá de construir justamente con la integración de los distintos actores, agendas e intereses que buscan como fin, un mejor futuro para nuestro Estado.

Cuando un proceso es llevado con claridad, es más fácil transitar hacia la reconciliación y unidad en torno al proyecto que finalmente es el objetivo mayor.

Sembrar la semilla del acuerdo y del dialogo, es en esencia misma la tarea política por excelencia, que demuestra sin duda alguna la vocación política de Alejandro Armenta.

Me recuerda mucho algunos diálogos que tuve con mi amigo, Manuel Camacho Solís, a quien su madurez y habilidad política se extraña todos los días.

Manuel Camacho, decía que en la democracia no es un juego en el que el ganador se lleva todo, sino que es el régimen en el que todas las voces merecen ser escuchadas, en el que la negociación y el acuerdo debe prevalecer sobre los intereses particulares. El comprendió que la democracia no es solo un procedimiento en el que la ciudadanía vota por sus representantes.

La democracia en si es alentar la participación ciudadana, pero también el Estado de derecho, y el respeto a los derechos humanos y las libertades democráticas.

Esto sin duda alguna, Armenta, no solo lo entiende sino lo demuestra en su actuar político, ejemplo de su lucha y desempeño político por más de 30 años.

La crisis que vivimos hoy, es honda y profunda, no solo por la violencia generalizada y la descomposición del acuerdo político, hace imperante que liderazgos como Armenta, denuna bocanada de esperanza para construir la Puebla que merecemos.

Un gobierno de causas que garanticen el futuro, prospero, justo, equitativo y en Paz que todos los poblanos aspiramos.

En hora buena Alejandro Armenta. La gobernanza no es posible sin conciliación, sin dejar a un lado las diferencias para construir un proyecto común por Amor a Puebla.