El empresario se quedó con una herencia superior a los mil millones de peso.
Iván Tirzo.
Nadie sabe para quién trabaja. En diciembre de 2015 falleció un hombre que dedicó su vida a hacer crecer el patrimonio de su familia, para que no pasaran precariedades.
La persona que nació en Coahuila construyó una fortuna a través del negocio de los muebles y la renta de propiedades en Puebla y Oaxaca.
De los seis hijos que el empresario procreó con su esposa: cinco mujeres y hombre, dejó como albacea al varón.
Al morir, la fortuna del empresario mueblero fue de superior a los mil millones de pesos, entre mueblerías y 47 propiedades ubicadas en los estados de Puebla y Oaxaca.
De los inmuebles adquiridos por el difunto: 26 están en Puebla, dos en Tehuacán, una en Tepexco, una en Cuautinchan, una en Veracruz y 16 en Oaxaca.
El deseo de esta persona (QEPD) fue que los seis hijos continuaran con los negocios familiares, para beneficiarse de las ganancias.
Ocho años después, las cinco mujeres no tienen ni para lo básico, porque su hermano se niega a rendir cuentas de las ganancias que, según cálculo de la familia, solo en rentas generan ingresos por 1.8 millones de pesos.
Por ser mujeres son discriminadas y son víctimas de violencia por su hermano, de quien esta vez diremos que las iniciales de su nombre son J-V.
¿Quién es J-V el empresario misógino en Puebla?
Este misógino no tiene nada que ver con los empresarios que construyen torres en la Atlixcáyotl, con incursión en la política en Puebla.
J-V es señalado por sus hermanas de ser un hombre sin escrúpulos, que se roba las ganancias que generan las numerosas rentas de las propiedades heredadas.
El hermano misógino montó con los recursos de estas rentas un negocio de mueblerías que deja más perdidas que ganancias en Zavaleta, Bella Vista, Lomas de Angelópolis y Atlixco.
Las mueblerías de este tipo tienen un nombre inspirado en un territorio indígena boliviano, una sencilla búsqueda en Google le ayudará con este acertijo.
Este empresario que ejerce violencia patrimonial y económica tiene la perversa costumbre de humillar a sus hermanas por el simple hecho de ser mujeres.
La mente trastornada le hace decir frecuentemente que las mujeres son tontas y que sus hermanas lo único que merecen es ser dóciles, agradecidas y rogarle si necesitan algo de él. Desde su punto de vista ellas no merecen nada.
Desde que murió el padre de J-V, se calcula que la renta de las propiedades de su padre generaron ganancias superiores a los 180 millones de pesos, que no ha compartido con sus hermanas, pues él se quedó con las cuentas bancarias.
Pronto daremos a conocer el nombre de este tipo, una vez que haya avances legales de lo que reclaman las hermanas de j-V.