Gerardo Galicia
Ya iniciaron las campañas políticas que culminarán el próximo junio del 2024 con la elección, y el panorama político se presenta como un escenario más propio de un espectáculo que de una verdadera contienda democrática. Mientras las coaliciones entre izquierda y derecha conformadas por PAN PRI Y PRD parecen desafiar al partido oficial, en MORENA, los acuerdos, desacuerdos, impugnaciones y descalificaciones entre sus militantes están a la orden del día. Pero, ¿qué podemos esperar de unas elecciones donde encontramos candidatos vacios sin propuestas u sin preparación, en ocasiones ponen a presuntos influencers en redes sociales, actores y celebridades en diversas candidaturas para diputados, senadores o presidentes municipales y hasta presentadores de radio y televisión, políticos que cambian de partido como quien cambia de camisa, y candidatos a quienes les arrebatan las candidaturas?
Tal vez, como lo señala Cristian Salmon en su libro “La Ceremonia del Caníbal”, estas campañas parecen más un performance político que un ejercicio serio de democracia. A primera vista, llaman la atención por su contenido burdo y espectacularidad, pero, en realidad, las campañas se sienten desangeladas, y la ciudadanía muestra poco interés. Los mítines que ya están realizando se realizan prácticamente solo para una avanzada. Las redes sociales se llenan de videos y publicaciones con discursos vacíos, sin propuestas sustanciales ni un verdadero interés por el bienestar de la sociedad, además de aparecen en redes como personajes de risa que no dan risa al querer actuar como cada tendencia en redes sociales.
Sin embargo, ¿es sorprendente que el interés ciudadano sea tan bajo? Las mismas formas de corrupción y malversación de recursos continúan, al igual que los problemas de inseguridad, la falta de servicios y la gestión de la pandemia. ¿Qué podemos esperar cuando, a pesar de los discursos vacíos, los hechos siguen siendo los mismos?
Todos estos factores apuntan hacia un resultado claro: un alto abstencionismo. En una encuesta realizada por la empresa INDAGA, se estimó que más del 40 por ciento de los votantes podrían abstenerse. Esperemos que esta cifra no supere el 55 por ciento. Es hora de que el Instituto Nacional Electoral, los institutos de los estados y los partidos políticos tomen medidas para fomentar la participación y cambiar la percepción que los ciudadanos tienen de los políticos.
Una pregunta crucial que surgió en uno de nuestros estudios fue: “¿Qué significa para ti un político, en cualquiera de los puestos que desempeñe?” La respuesta a esta pregunta es fundamental para comprender el desencanto de la ciudadanía con la política.
Es imperativo cambiar esta percepción si queremos despertar el interés y la participación ciudadana. De lo contrario, la elección se convertirá en una mera lucha de estructuras y movilizaciones de los simpatizantes de los partidos políticos, con el partido en el gobierno, MORENA, como posible beneficiario, tal como sugieren varios estudios. La falta de interés en la política no beneficia a nadie, ya que socava la legitimidad de las elecciones y concentra la toma de decisiones en unos pocos.
El actual escenario no es prometedor ni para los ciudadanos ni para los políticos. Es una llamada urgente para cambiar la situación política y social antes de que se convierta en un desastre. La verdadera democracia merece más que un simple espectáculo.