Miguel Ángel García M.
Los puentes de plata los ha tendido Alejandro Armenta desde el momento en que fue declarado coordinador estatal de la defensa de la cuarta transformación.
Ha sido congruente en su discurso de decir y hacer, convocando a la unidad y reuniéndose con los aspirantes con la firme propuesta de ir juntos en la elección de 2024. Sin embargo, ambiciones aviesas han aparecido, impugnando el nombramiento de Armenta ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, dizque para proteger los derechos políticos electorales y porque Morena no cumplió en el Estado de Puebla con la paridad de género “transversal”.
¿Quién es el denunciante que responde al nombre de Israel Trujillo López?
Integrantes del Poder Judicial no dudan en advertir que es un abogado de medio pelo acostumbrado a impugnar todo lo que se le ocurre. Presiona para negociar prebendas y se alquila con grupos políticos. Así se le ocurrió refutar la decisión mayoritaria del Congreso del Estado de Puebla, en diciembre de 2022, que eligió gobernador suplente a Sergio Salomón Céspedes. En ese momento se dijo que atrás de él estuvieron Ignacio Mier Velazco y Fernando Manzanilla Prieto, lo que no fue desmentido.
¡Fracasaron!
La pregunta es: ¿La tenebrosa dupla morenovallista encabeza otra vez un acto desesperado?
No me extrañaría. Pero las investigaciones rápidas y precisas indican que el titiritero que mueve al títere en esta embestida se llama Claudia Rivera Vivanco, quien con 16% de las preferencias y después de haber perdido la alcaldía poblana en 2021, cree tener los merecimientos de ser la coordinadora estatal.
Resultó titiritera la mano que mece la cuna.
El leguleyo Israel Trujillo López, cobró bien con Ignacio Mier Velazco y Fernando Manzanilla Prieto.
Hace lo propio con Claudia Rivera Vivanco.
El carrusel de las traiciones nunca se detiene.
POSDATA: El vivales Israel Trujillo López, así lo conocen muchos de sus homólogos, tendrá que explicar qué derechos políticos electorales está defendiendo y qué significa eso de que Morena no cumplió con la política de género “TRANSVERSAL”. Con eso completará el ridículo.
POSDATA 2: El leguleyo adopta el papel de juez y parte, porque litiga y al mismo tiempo es socio de un medio de comunicación (Lado B), junto con el doctor Germán Molina Carrillo y otros miembros “conspicuos” que dicen retomar el periodismo con ética para servir a la gente.
¡Sí, Chucha!, dirían los viejos de la comarca.
POSDATA 3: Claudia Rivera Vivanco, mientras fue alcaldesa, hizo alianzas con el morenovallismo y se mantuvo muy cerca de Antonio Gali Fayad, jugando las contras a Morena y al presidente López Obrador.
Gali Fayad, hace intentos desesperados por acomodar políticamente a su hijo Antonio Gali López.
No tienen llenadera.